Santa
Fe, 15/01/24 Infancia
y salud DOS
BUENAS
REVISTAS ·
Dos revistas oportunas Pese
a
las incertidumbres del
mes pasado, un diciembre
imposible de olvidar, y
pese al calor habitual,
la ciudad de Santa Fe se
sacudió el sopor y
presentó dos buenas
revistas, en mucho
meritorias. Vienen bien
para desafiar, como
David venció a Goliat,
al espíritu conservador
que todo lo detiene en
telarañas sumido, al
espíritu de quien sólo
mira para sí mismo, la
familia y los amigos; al
espíritu de quien aún se
piensa que el grito ya
es la razón. A
las dos revistas, buena
parte del mérito les
viene porque ambas
incluyen en sus páginas
un poco de la
problemática
infanto-juvenil. Y esto
me hace pensar que abren
sus puertas, y sus
brazos, al nuevo
pensamiento médico, que
además es social,
humanista, comprometido
con la verdad y con la
realidad, basado sólo en
aquéllo que tiene un
fundamento que podemos
comprobar. Me
dejo
de preámbulos y las
presento. Primero salió
la Revista del Colegio
de Médicos de Santa Fe.
En esta ocasión incluye
un artículo escrito por
tres residentes de
pediatría del Hospital
de Niños de Santa Fe.
Esto no es habitual.
Siendo así, entonces, mi
más sincera bienvenida. El
artículo
comenta un fenómeno poco
habitual pero de
importancia creciente.
Se trata de ciertas
alteraciones de la salud
mental que se observan
relacionadas con las
infecciones por
estreptococos. Estas
bacterias provocan sobre
todo faringitis, pero
también infecciones más
graves, incluso mortales
o con secuelas a largo
plazo. Y adquieren ahora
más importancia porque
la frecuencia y sobre
todo la gravedad de
estas infecciones van en
sumento. En este
contexto, este artículo
resulta oportuno, es
necesario, y les estamos
agradecidos. Afirman
las
autoras: «Los trastornos
neuro-psiquiátricos
compulsivos son
frecuentes en la
infancia y generan una
gran ansiedad. (...) Sin
un tratamiento oportuno,
los trastornos
cognitivos, conductuales
y psicológicos (...)
afectan ampliamente la
vida personal y social
del paciente, con
repercusiones en la
calidad de vida.» E
insisten en que también
se deben considerar los
tóxicos, sobre todo el
consumo de drogas, como
causa de los trastornos
psiquiátricos juveniles.
Ya sabemos, por ejemplo,
que los porros no son
tan inofensivos como
dicen. El
artículo
tiene un espíritu
docente, quiere que
sepamos más, que todos
sepan más, y lo hace con
rigor científico. Y al
hacerlo descubre uno de
los tantos rincones del
infinito laberinto de la
pediatría, así como
también nos descubre el
espíritu de servicio,
asistencial y formativo,
que impera en el
Hospital de Niños. Que
por cierto cumplirá este
año su primer cuarto de
siglo. Enhorabuena! La
otra
revista es SigMe,
publicación que con este
número se estrena, y que
nace de la Facultad de
Ciencias Médicas de
Santa Fe, de la
Universidad Nacional del
Litoral. Incluye un
artículo que estudia el
peso y la estatura,
entre otros parámetros
del desarrollo y en
consecuencia de la
nutrición, de un
numeroso conjunto de
chicos procedentes de
amplias barriadas de la
ciudad. Y demuestran que
la comunidad, es decir,
las personas valiosas
del barrio, tienen un
papel decisivo en la no
menos decisiva tarea de
ofrecerles a estos
chicos, sobre todo
varones, una alternativa
mejor. Que ciertamente
la necesitan. Estoy
seguro
de que los seis autores
de este artículo, dos
hombres y cuatro
mujeres, se quedaron
pensando, como yo, dónde
están las nenas, y que
la respuesta a este
pruriginoso interrogante
podría motivar un
análisis más profundo de
la situación que
explican. De estos seis
autores, tres son de la
Liga Infantil de
Barrios, una entidad que
merece reconocimiento y
admiración. La tarea que
llevan a cabo es
valiosa, necesaria, y
sin duda llena buena
parte del espacio vacío
que dejan, en los
barrios, la negligencia
provincial tanto como la
municipal. Este también
es un artículo oportuno,
que a todos nos permite
saber más, con base
científica y sin
aspavientos, y les
estamos agradecidos. Las
dos
revistas están gratis en
internet. Y los
artículos que comento
son estos dos: Villagra
A et al. Síndrome de
Pandas y trastornos
cognitivos, a propósito
de un caso. Revista
del Colegio de Médicos
de la 1ra. C., provincia
de Santa Fe. 2023; 14:
4-6. / Speziale P et al.
Rol de la participación
comunitaria en el
abordaje de condiciones
nutricionales asociadas
a vulnerabilidad.
Experiencia en la Liga
de los Barrios. SigMe,
revista de la Facultad
de Ciencias Médicas.
2023; 1: 68-72. También
para
el médico Ya
hace
tiempo que las grandes
revistas médicas
publican artículos que
denuncian situaciones
sanitarias injustas, que
perjudican la salud
física y mental de las
personas, y que
comprometen su
desarrollo por engordar
ciertos bolsillos,
impregnadas de
negligencia, incluso
corrupción. Lo
hacen
con objetividad y rigor,
con respeto pero sin
atenuantes, utilizando
la verdad como único
argumento. Mucho se ha
denunciado, por ejemplo,
sobre la situación de
los hospitales de Gaza,
víctimas de la ira más
irracional; sobre la
crueldad de la patente
sobre medicamentos y
vacunas; sobre las
vergüenzas de los
sistemas sanitarios que
marginan a quien no
puede pagar; sobre el
dolor infinito de la
mortalidad infantil que
se podría evitar; sobre
cómo los países
invierten más en defensa
y en sueldos
injustificados que en
salud y en educación,
etc. En
este
contexto, el artículo de
la revista SigMe es una
pequeña pero valiosa
muestra, y nos está
diciendo que la
injusticia social, como
causa de enfermedad
infantil y de malas
perspectivas para los
jóvenes, también es
materia de los médicos.
Será cómplice quien se
desentienda. El silencio
es cómplice, y es por
tanto co-responsable. Afirman
los
autores: «En la ciudad
de Santa Fe se emplazan
distintos barrios
populares donde las
disposiciones de
saneamiento básico no
se cumplen.» Y que la
disponibilidad de buenos
alimentos y la
educación alimentaria
deberían ser parte de
las políticas públicas,
junto «con otras
acciones, a fin de
mejorar la inseguridad
alimentaria de estas
poblaciones.» Hacia
el
final del artículo no se
privan de denuciar que
«en la ciudad de Santa
Fe se pueden identificar
muchos centros de
atención primaria
ubicados en la mayoría
de los barrios
populares. Sin embargo,
las apariencias de un
contexto favorable
esconden dificultades.
Las prácticas de
promoción y de
prevención de salud
comunitaria suelen ser
aisladas y no se
encuentran bajo un
programa con rectoría
provincial o municipal.» Y terminan por reconocer «el rol de las organizaciones, instituciones y clubes» que trabajando en los barrios consiguen mejorar la salud y las perspectivas de la población infanto-juvenil. Y a la vez se coordinan con los centros de atención primaria para acercarles la gente. Incluso actúan como una extensión de estos centros en la comunidad, tal la experiencia que describen en el artículo. La situación de los chicos en esas barriadas es sin duda para preocuparse, y para que de ella se preocupen, y se ocupen, quienes hoy ostentan un cargo público, y cobran por ello.- Publicará El Litoral, martes 16/01/24: html · jpg.
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