Santa
Fe y Barcelona, 1 de
enero de 2024 Infancia
y salud 2024: OTRAS AGUAS SE NOS VIENEN Tras las aguas, el bebé 2024 ya está aquí. Lo miramos con ilusión, con toda la esperanza. No lo dejamos, sino que lucharemos por él, sin pausa, con respeto, firmes, sin engañar ni dejarnos engañar. Pese
a que en el país hay
casi trescientas obras
sociales, en extensas
barriadas de la ciudad
de Santa Fe, sólo un
chico de cada diez
tiene obra social, y
esto lo hace muy
vulnerable. (1) Este
dato, que sin duda
refleja lo injusto de
nuestro sistema de
salud, lo publica la
revista SigMe, de la
Facultad de Ciencias
Médicas, Universidad
Nacional del Litoral,
cuyo primer número
salió el mes pasado. Según
datos oficiales
publicados el 2020,
del conjunto de todos
los argentinos, el 36%
no tenía entonces obra
social. El resto de
los argentinos queda
repartido en tres
grupos: los que tienen
alguna de las 269
obras sociales de
ámbito nacional; los
que tienen alguna de
las 24 que son de
ámbito provincial; y
los que tienen Pami.
(2) Así
de tan fragmentado y
cambiante, el sistema
resulta caro, poco
eficaz, injusto.
Además, con una cierta
frecuencia, al parecer
creciente, una obra
social queda cortada,
y de esta manera a los
usuarios los priva de
un beneficio al cual
tienen legítimo
derecho. No tengo
constancia de que se
haya estudiado la
magnitud del daño que
provoca en la salud
infanto-juvenil el
hecho de que una obra
social esté cortada,
toda o en parte, sin
que por ello esté
cortado el sueldo de
sus dirigentes. Pero
esta urticante
cuestión no se puede
tratar aquí porque es
compleja,
y
entonces mejor la
dejamos. Y
si a veces los
usuarios no están del
todo conformes con la
obra social, tampoco
lo están los médicos y
los otros
profesionales que para
ella trabajan, y
entonces se abusa, de
los usuarios y de la
obra social. Esto
también es complejo, y
entonces mejor lo
dejamos. La
situación general no
es precisamente de
alegría, pero aún así
las escuelas están
cerradas. Y pienso,
¿por qué no aprovechar
las aulas para
actividades de repaso
o simplemente lúdicas,
para entretener a los
chicos y distraerlos
de las pantallas? No
serán pocos los que
estarán mejor aquí que
en casa. O
aprovechar para reunir
a los adolescentes y
pre-adolescentes y
ofrecerles
alternativas, darles
la oportunidad de
hablar y gritar,
preguntar y quejarse,
desahogarse,
desfogarse, conocerse,
mirarse, cantar, lo
que sea. No serán
pocos los que estarán
mejor aquí que en la
calle. Pero esta
urticante cuestión
tampoco se puede
tratar aquí porque es
compleja, y entonces
mejor la dejamos. El
Ministerio de Sanidad
se salvó a último
momento, y por un pelo
no quedó degradado a
Secretaría, en cuyo
caso el presupuesto
hubiera sido menor,
como si la salud de
todos fuera un asunto
menor. De haber
quedado como
Secretaría, hubiese
tenido como
responsable final a
una joven periodista
sin ninguna
experiencia en gestión
pública ni
conocimiento alguno en
salud, ni en sanidad,
ni en educación. No sé
si otros ministerios
tuvieron tanta suerte
como el de Sanidad, y
ya veremos qué pasa. Veamos
mientras tanto qué
pasó en Brasil. (3)
Entre 2000 y 2014,
Brasil aumentó su
inversión en salud en
casi un 1,5% de su
producto interior
bruto, y puso las
mejores manos y mucho
consenso para
gestionar la salud de
todos. Como
consecuencia, los
índices de salud
infantil dieron un
vuelco notable. Por
ejemplo, disminuyó la
mortalidad infantil y
el número de pacientes
internados por causas
evitables. La
vacunación de los
recién nacidos contra
la tuberculosis pasó
del 79 al 99%, lo que
implicó la consecuente
disminución de casos
graves de tuberculosis
infantil, incluyendo
la meningitis
tuberculosa. La
vacunación sistemática
contra el tétanos, la
difteria, el
sarampión, la
parálisis infantil,
etc., pasó a superar
el 95% de bebés bien
vacunados, y se casi
duplicó el número de
medicamentos gratis,
considerados
esenciales. Aquí, en
cambio, se pretende
bajar el porcentaje de
inversión en áreas que
son decisivas para el
desarrollo humano y,
en consecuencia, del
país. Recordemos
que la actual
Constitución de
Brasil, de 1988,
reconoce el derecho
universal a la salud y
que por tanto la salud
de todos es
responsabilidad del
Estado. Esto llevó a
que en 1990 se
proclamara la ley que
garantiza el acceso
universal a la salud y
que, para garantizar
este derecho,
establece que el
Estado debe tomar las
oportunas medidas
políticas,
socio-económicas y
educativas. Entonces
se les vino el agua.
El Banco Mundial
comenzó a criticar que
la salud fuera un
derecho
constitucional, y
forzó así que grandes
áreas pasaran a manos
privadas. Estas y
otras políticas
neoliberales fueron
aplicadas sin
escrúpulos durante la
presidencia de M.
Temer (2016-2018),
aunque mucho más
durante la de J.
Bolsonaro (2019-2022).
Los resultados no se
hicieron esperar: en
2021, por ejemplo, los
porcentajes de
vacunación habían
caído hasta niveles
que no se habían visto
en las dos décadas
anteriores, la
desnutrición infantil
alcanzó a un chico de
cada diez, la covid
fue considerada como
una «gripezinha», etc.
Y numeroso personal
técnico del área de la
sanidad, gente que
sabía y que tenía
experiencia, fueron
reemplazados por
personal militar. No
obstante, Bolsonaro
fue aquí bien recibido
por nuestro
presidente, como si
sobre sus hombros no
pesara el haber
condicionado la muerte
de miles de
compatriotas y el
sufrimiento de
millones. Error. Los
países consiguen salir
de la crisis
aumentando el gasto
estatal, en vez de
disminuirlo. A la
vista está. Pero como
este tema, y el que ya
nos inunda los
tobillos, es cada vez
más complicado, mejor
lo dejamos. Atentos
y en guardia Aunque
hay una notable
tendencia a dejarlos
para más tarde, a los
temas espinosos, es
mucho mejor no
dejarlos. Sino
enfrentarlos. Así como
los tiempos de sequía
son los más idóneos
para pensar en la
inundación, el mes de
enero es buen momento
para hablar de las
escuelas, y de las
guardias y otros
recursos de pediatría,
y de los perfiles
profesionales que
podrían conformarlos.
Entonces a todos nos
conviene no poner
excusa para dejar
ciertos temas de lado. Mientras
la salud de Brasil se
venía abajo por lo
liberal del gobierno
de Bolsonaro,
numerosas voces, muy
cualificadas, con
autoridad moral y
profesional para
opinar, se levantaron
para alertar sobre el
profundo retroceso que
sufría el país en
materia sanitaria. Las
revistas médicas más
prestigiosas del mundo
se hicieron eco de
estas alertas, y las
publicaron una y otra
vez, para que se sepa. Como
en Argentina puede
pasar algo similar, al
más alto nivel ya
salió publicado un
informe que alerta
sobre el desolador
panorama que se viene.
«Los
médicos
argentinos
dan la voz de alarma
tras las elecciones de
Milei.
El nuevo presidente de
Argentina ha hecho
campaña con un
programa de
privatizaciones
y de querer cobrar por
los servicios
sanitarios...» (4) Así
comenzaba el informe
de la prestigiosa
revista Lancet, el
pasado 2 de diciembre.
Tenemos que estar
atentos, y denunciar
ante los medios todo
aquello que ponga en
riesgo la salud y la
educación de nuestra
población
infanto-juvenil. Mejor
no lo dejemos. Mejor
ahora. Se trata de
entender que sólo se
sale entre todos, y
que entre todos
tenemos que barrer la
vereda. Porque dudo
mucho que vengan a
barrernos la vereda.
Todo lo contrario. Más
bien pienso que si nos
descuidamos, si les
quitamos el ojo, si
bajamos la guardia, si
lo dejamos para más
tarde, si aceptamos lo
inaceptable, vendrán
unos señores y se
llevarán, aprovechando
la volada, todo lo que
nos es más valioso. De
hecho, ya hace tiempo
que otros señores
vienen llevándose
adolescentes y
pre-adolescentes para
explotarlos en el
negocio del tráfico y
el consumo. Tenemos
que estar atentos, y
en guardia.- //
Publica El
Litoral,
martes 02 de enero de
2024: html
/ jpg. Referencias: 1. Speziale
P
et al. Rol de la
participación
comunitaria en el
abordaje de
condiciones
nutricionales
asociadas a
vulnerabilidad.
Experiencia de la Liga
de los Barrios, Santa
Fe capital. SigMe
(revista de la
Facultad
de Ciencias Médicas,
Universidad Nacional
del Litoral). 2023;
1: 68-72. 2.
Palacios A. et al.
Need and inequality in
the use of health care
services in a
fragmented and
decentralized health
system: evidence for
Argentina. Int J
Equity Health 2020;
19: 67. 3.
Ortega F, et al.
Brazil’s unified
health system: 35
years and future
challenges. The Lancet
Regional Health -
Americas, 10/11/23. 4.
Booth A. Argentine
medics raise alarm
after Milei election.
The Lancet, 02/12/23.
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