Barcelona y
Santa Fe, 01/10/23 Infancia
y salud Qué
quiero para mejorar mi
bienestar Lo primero
es preguntar. Plantear
la pregunta y escuchar
la respuesta, y darle
valor, es de sabios. Es
por esto que los chicos
preguntan por qué, y los
adolescentes se plantean
a sí mismos el cómo y el
cuándo. Unos y otros
buscan respuestas, y
hacen bien cuando dudan
de la primera respuesta,
rápida y bonita pero
vacía, tal vez porque
saben que tantas veces
ciertas respuestas
desaniman para seguir
preguntando. Antes de
hacer, o de proponer, o
de prometer, o de dar y
regalar, hay que saber.
Sin embargo, no me
consta que ninguno les
haya preguntado nada, y
esto hace temer que
habrá más de lo mismo,
como hasta ahora, es
decir, respuestas a
preguntas que nadie
preguntó, y esto implica
más inmovilidad y más
desesperanza. Los
chicos, los
adolescentes, los
jóvenes de hasta 25 años
representan más de un
tercio del total de la
población argentina, y
esto es una buena
noticia. En Argentina
hay más menores de edad
que jubilados, y esto
también es una buena
noticia. Son buenas
noticias porque son el
síntoma de un país que
tiene futuro, y que lo
tiene al alcance de la
mano. En cambio, allá
donde los de siempre son
gran mayoría, y es la
realidad de muchos
países y de no pocas
instituciones, allá
tienen los días
contados. Pese a que
son el presente y el
futuro, pese a que son
la esperanza de un
cambio largamente
esperado, no recuerdo
que les hayan preguntado
cómo te gustaría que
fuera tu mundo, tu país,
tu entorno, tu ciudad,
tu barrio, tu escuela,
tu calle, tu plaza, tu
casa, tu cama y tu
barriga. Pero sí
recuerdo cómo los
atronaban con musiquita
de feria, con partidos
de fútbol, con cornetas
que aturden y banderas
en alto, con paros
docentes, con pediatras
que no hay, con las
estridencias de quien
habla, y grita, y
vocifera, y escupe por
no escuchar. El mundo
conoce numerosas
experiencias de
encuestas, dirigidas en
particular al público
infanto-juvenil, para
saber qué piensan de
ésto o de aquéllo, para
saber qué les preocupa,
qué mejoras quieren para
el barrio, la escuela,
etc. Es decir, qué
quisieran que los
políticos hagan por
ellos. Si luego las
respuestas se toman en
serio, con ellas se
pueden diseñar programas
que beneficien a la
gente en aquellos puntos
que reclaman, y no en
los temas que les
interesen a los
políticos de turno.
Éstos deben tener en
cuenta que el hecho de
obtener una silla no
implica que también
obtengan ni la sabiduría
y ni las habilidades que
se requieren para hacer
bien aquéllo que hace
falta. Entonces,
hay que preguntar antes
que hacer. Esto queda
más allá del tinte
político del político de
turno, y cumple con la
obligación primordial
del político, que es
servir a los demás.
Preguntar, entonces, es
necesario. Los
resultados son
sorprendentes. Hace unos
días se dieron a conocer
las respuestas de una
macro-consulta dirigida
a chicos y jóvenes de
entre 10 y 25 años de
todo el mundo. Los
organizadores se
preparan así para el Foro
Mundial para
Adolescentes 2023
que tendrá lugar durante
los días 11 y 12 de
octubre, de manera
presencial en París y
por internet para todos
a través de este
enlace. Hasta el
mes pasado tenían
recopiladas algo más de
un millón de respuestas,
la gran mayoría
procedentes de países de
renta media y baja,
entre los cuales está
Argentina. Se trata de
responder con toda
libertad a esta
cuestión: «Para mejorar
mi bienestar yo
quiero...» Las
respuestas se agrupan
luego en cinco temas: 1.
Aprendizaje,
competencias, educación,
habilidades y
empleabilidad; 2.
Seguridad y un entorno
de apoyo; 3. Buena salud
y buena nutrición; 4.
Conectividad, valores
positivos y contribución
a la comunidad; y 5.
Resilencia (capacidad
para adaptarse a la
adversidad, a un trauma,
una tragedia, amenaza,
etc.). No
resulta sorprendente
observar que casi la
mitad de las respuestas
se refieren al primer
tema, es decir, a la
educación como medio
para mejorar el presente
y aspirar a un futuro
mejor. Es así entonces
como queda visto que la
educación es una
prioridad para los
chicos y jóvenes y que,
por tanto, debe ser una
prioridad para el
político. Los votos, al
fin y al cabo, son una
confianza que se le
deposita a un ciudadano
para que éste, ya como
político, responda a esa
confianza haciendo lo
que salta a la vista que
hay que hacer. En el
caso de los chicos y los
adolescentes, esto es
educación y salud, en
especial para los más
vulnerables. Participación
argentina Mientras
miles de voces
infanto-juveniles de la
India reclaman mejoras
educativas y sanitarias
a través de esta
macro-encuesta, y otras
tantas en África claman
más o menos por lo
mismo, son pocas, muy
pocas las voces de
América Latina que han
respondido, pese a que
se aceptan respuestas en
todos los idiomas y
procedentes de todos los
países. La
participación argentina
ha sido ínfima, como si
a los chicos y jóvenes
argentinos nos les
interesara el presente o
el futuro. Error. Lo más
probable para justificar
la mínima partipación
argentina en esta
encuesta es porque no se
enteraron, porque nadie
les dijo nada. Como si
hubiera una voluntad en
la autoridad de
mantenerlos ignorantes.
Entonces, parece quedar
bien a la vista que acá
no hubo (como sí hubo en
otros países) la
voluntad de difundir la
iniciativa en los
ámbitos juveniles de
todo el país a fin de
recabar la opinión de
los jóvenes argentinos.
Esto es negligencia o
incompetencia, o más
probablemente la
voluntad de no querer
preguntar nada para no
verse obligado a saber,
y luego hacer en
consecuencia. Supongo
que aún hay tiempo para
participar. Y siempre
habrá tiempo para
aprender. Mientras
tanto, el Foro
Mundial para
Adolescentes 2023
ultima sus preparativos.
De entre los sólidos
mensajes que ponen a
consideración de los
chicos y jóvenes, y por
tanto de los políticos
que sobre ellos deben
asumir responsabilidad,
remarco este en
particular: «Hoy,
el
mundo tiene más jóvenes
que en cualquier otro
momento de la historia.
Sin embargo, demasiados
de los 1,8 mil millones
de jóvenes (de 10 a 24
años) de hoy no están
alcanzando su máximo
potencial debido al
fracaso de las políticas
e inversiones actuales
para satisfacer sus
necesidades. La campaña
1,8 Mil Millones de
Jóvenes por el Cambio es
un audaz movimiento
global que pregunta a
los jóvenes qué desean
para su salud y
bienestar, y genera
respuestas para que los
responsables de la toma
de decisiones
transformen estas
respuestas en políticas,
inversiones y acciones.» Más de un millón de respuestas procedentes todas de voces infanto-juveniles que claman por respuestas serias y responsables porque ven oscuro el presente y más oscuro el futuro inmediato. La mayoría de respuestas proceden de jóvenes de 16 a 20 años. En versión en castellano, todas las respuestas se pueden consultar en este enlace. Pueden filtrarse las respuestas según el tema, según el país, según la edad o el sexo de quien responde. Para saber, por supuesto, antes de hacer.- // Publica El Litoral, jueves 05/10/23: html - jpg.
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