Santa
Fe,
1 de marzo de 2023 SÚPER
BEBÉS
Y SÚPER ESCUELAS Mientras
acá
las clases quieren
comenzar, y vencer así
las dificultades, allá
hay una clase de bebés
que comienza la vida
pese a las
dificultades. El
secreto está en
observar la realidad,
tal como es y no tal
como la pintan, y
preguntarse qué puedo
hacer para que no siga
pasando lo que pasa. El
concepto
de superbebé,
acuñado hace unos
pocos años, se refiere
a los bebés que nacen
en condiciones de
extrema pobreza y que,
pese a ello, con la
ayuda de unas medidas
sencillas e
ingeniosas, casi todos
salen adelante y
superan con éxito la
barrera de los 28
días. Este punto en el
calendario de la vida
de un bebé tiene
máxima importancia
puesto que estas
primeras cuatro
semanas son decisivas
para la supervivencia. En
efecto,
así como en general la
mortalidad infantil ha
mejorado en todo el
mundo (y Argentina es
un buen ejemplo), la
mortalidad del recién
nacido se mantiene
estable, se resiste a
mejorar. La mortalidad
infantil es el
porcentaje de niños
que mueren antes de
cumplir un año. La
mortalidad del recién
nacido (o mortalidad
neonatal), en cambio,
refiere a los que
mueren antes de sus
primeros 28 días de
vida. Para
hacerse
una idea cuantitativa
sobre qué representa
en concreto la
mortalidad neonatal,
basta con observar que
antes de la pandemia,
por ejemplo en 2017,
murieron en todo el
mundo unos dos
millones y medio de
bebés menores de 28
días. Fácil es
imaginar que murieron
en regiones pobres,
regiones que padecen
graves deficiencias
estructurales en
sanidad, educación,
transporte, energía. Estas
deficiencias
suelen ser secundarias
a la indiferencia, la
negligencia, la
incompetencia o la
corrupción de las
autoridades. O
secundarias a las
luchas por el poder.
Ciertas empresas y
ciertos países también
tienen responsabilidad
en mantener la pobreza
de una región, puesto
que así consiguen
riquezas para sí
mismos olvidando al
hacerlo el expolio que
esto implica y la
miseria que este
expolio deja como
consecuencia. Nacer
así,
entonces, en estas
condiciones de pobreza
extrema, de extrema
falta de recursos,
tanto humanos como
materiales, implica un
alto riesgo de morir
durante las primeras
cuatro semanas. En
ocho de cada diez
casos, la muerte se
produce por una o más
de estas tres causas:
1. Parto prematuro o
bajo peso al nacer; 2.
Complicaciones del
parto, incluyendo la
asfixia del bebé
antes, durante o
después del parto; y
3. Infecciones. Solucionar,
o
al menos controlar
estas tres causas de
muerte puede parecer
un imposible en
tierras de pobreza e
ignorancia, pero
Médicos sin Fronteras
nos demuestra que no
lo es. Gracias a unas
medidas sencillas y a
la formación de
personas con voluntad
de aplicarlas allí
donde hagan falta,
logran reducir
notablemente la
mortalidad neonatal. Dos
ejemplos.
La estrategia de madre
canguro (que Argentina
conoce desde hace
años) mejora la
supervivencia del bebé
prematuro o de bajo
peso. Y la leche
materna, como alimento
exclusivo del bebé
hasta los seis meses
de edad y luego como
alimento
complementario,
disminuye el número y
la intensidad de las
infecciones. Sobre
este
último punto, hay que
saber que ciertos
fabricantes de leche
en polvo para bebés,
en general grandes
multinacionales,
suelen aplicar
tácticas sin
escrúpulos para
sustituir la leche
materna por la de
mamadera. En una
región donde no hay
agua corrriente, una
conocida marca de
leche hizo propaganda
para que las madres
dejaran de dar el
pecho y pasaran a
darles mamadera a sus
bebés. Lo
consiguieron, aunque
usando mensajes
publicitarios con
engaño, con trampa,
mentirosos. Poco
después se pudo
comprobar el aumento
de la mortalidad
infantil en esa
región. Este hecho y
en general la
propaganda engañosa
para dejar el pecho
por la mamadera, ha
sido denunciado al más
alto nivel. Hay una
normativa
internacional que
regula, con todo rigor
científico, la
propaganda de leche
artificial para bebés. En
este
contexto se entiende
que un bebé es en
realidad un superbebé
si consigue superar
todas las dificultades
que tiene el lugar
donde el capricho de
la vida lo hizo nacer.
Cabe remarcar que se
consigue mucho con
sólo promover
prácticas seguras y de
demostrada eficacia.
Estas prácticas son
baratas y fáciles de
aplicar si hay ganas
de enseñarlas y de
aprenderlas. Mientras
tanto,
aquí, el comienzo del
curso escolar es una
buena oportunidad para
preguntarnos qué
podemos hacer para que
una escuela pase a ser
una superescuela. Es
decir, qué estrategias
se pueden implementar
para que la escuela
tenga más capacidad de
vencer las
dificultades que el
capricho de la vida
interpone en la
realidad y las
perspectivas de cada
alumno. Las
estrategias no caen
del cielo, ni las
suelen traer las
autoridades, sino que
nacen y se desarrollan
en el seno de cada
escuela. El suicidio
de dos nenas mellizas,
que cursaban lo que en
Argentina sería
séptimo grado, nos
demuestra, entre otras
cosas, que las
escuelas deben velar
por mucho más que por
el aprendizaje. Malas
prácticas con la
leche Tres
artículos denuncian,
desde el más alto
nivel científico, las
prácticas sin
escrúpulos de ciertos
fabricantes de leches
y otros alimentos para
bebés y niños
pequeños. En un afan
desmedido por aumentar
las ventas, recurren a
mensajes engañosos, y
no pocas veces a
mentiras, para
convencer a las madres
para que dejen el
pecho y se pasen a la
mamadera. O que el
niño mayor de un año,
por ejemplo, necesita
una leche especial si
quiere resultar
inteligente, etc.
Algunos de estos
alimentos tienen
suficiente aval
científico, pero otros
en cambio no lo
tienen. Los
autores son un
numeroso grupo de
expertos de todo el
mundo que denuncian
estas malas prácticas
publicitarias, y
demuestran que el
comercio así generado
resulta dañino para la
salud del bebé, luego
del niño; de la madre,
e incluso de la
comunidad. En este
grupo de expertos no
hay ningún argentino,
cosa un poco
urticante, pero sí
varios de Brasil. Denuncian
también que estas
empresas son generosas
con los médicos, las
enfermeras y otros
profesionales de la
salud que recomiendan
los productos que
fabrican, o que
exponen en público sus
supuestas ventajas.
Estas malas prácticas
se observan tanto en
países de renta media
y baja como en países
ricos. El
mercado mundial de
leches y otros
alimentos para bebés y
niños pequeños está
dominado por seis
empresas: Nestlé
(Suiza), Abbot
(Chicago), Danone
(Francia), Feihe
(China), Freisland
(Holanda) y Reckitt
(Gran Bretaña). Los
expertos insisten en
que lo mejor para el
bebé sigue siendo el
pecho, pero que las
leches de fórmula (mal
llamadas maternizadas)
son una buena
alternativa, sin duda,
pero sólo para cuando
el pecho no es
posible. Lo que no se
puede aceptar, y que
de hecho viola la
normativa
internacional, es la
promoción de productos
innecesarios con
mensajes sin
fundamento. Los
expertos remarcan una
vez más que el pecho
(como alimento
exclusivo hasta los
seis meses de edad y
luego como alimento
complementario)
permite que el niño
desarrolle su máximo
potencial. Todos los detalles en: www.thelancet.com/series/Breastfeeding-2023 // Publica El Litoral, domingo 05/03/23 [html] [jpg] Todos los textos
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