Argentina,
Santa Fe y Barcelona, 01
de octubre de 2024 Infancia y salud PUNTUAL
A LOS DOS MESES A
los dos meses de edad,
con razonable
puntualidad, a los bebés
argentinos y
santafesinos en
particular se les ponen
las vacunas de los dos
meses. Pueden sentirse
orgullosos, puesto que
las mismas vacunas
reciben los bebés de los
países más avanzados del
mundo. Se trata de un
conjunto de vacunas que
ofrecen una primera
dosis de protección
contra enfermedades de
triste recuerdo, que
queremos olvidar, que
tenemos tendencia a
olvidar, pero que no hay
que olvidar: la
parálisis infantil, la
difteria, el tétanos, la
meningitis, etc. Gracias
a estas vacunas, en las
dosis previstas, estas
enfermedades son hoy
casi un recuerdo, al
menos en nuestro medio.
De la parálisis infantil
(o poliomielitis, o
polio), por ejemplo,
pocos recuerdan que
puede dejar al paciente
para siempre sin fuerza
alguna de la cintura
para abajo. Esta
enfermedad no tiene
cura. La vacuna es
efectiva y segura, y se
aplica desde hace mucho
tiempo. Hasta hace unos
años se administraba en
forma de gotas, y era
conocida como Sabín
oral, pero desde
entonces se administra
como inyección
intramuscular. La
forma inyectable es
mejor que la forma oral
y es por tanto
preferible, pero la
forma oral es más
práctica, más fácil y
más rápida de
administrar. Ambas son
seguras y efectivas.
Pero la enfermedad es
inflexible, y allá donde
por algún motivo dejan
de vacunar, tal el caso
de Gaza, la enfermedad
reaparece y hace
estragos. La
experiencia enseña que
durante los conflictos
bélicos se detiene la
vacunación infantil a
causa de la destrucción
de las estructuras
sanitarias y de la
logística que necesitan
las vacunas. Por lo
tanto, los niños, además
de perder la casa y la
familia a causa de la
violencia, pueden quedar
a merced de enfermedades
que no tienen cura. Los
que más pierden,
siempre, son los niños. En
todos los conflictos, en
todas las crisis, los
que más pierden son los
chicos. Pierden más que
otros porque por causa
del presente se les
recorta el futuro. Aquí,
en Argentina, dadas las
circunstancias actuales
y las que son
previsibles para lo
inmediato, los chicos
necesitan un grado más
de protección para que
no se les recorte el
futuro a causa del
presente. Gracias
a la vacuna, al mucho
vacunar, parece que acá
nos hemos olvidado de la
parálisis infantil, pero
aún existe. También
parece que nos hemos
olvidado de la
meningitis, que no hasta
hace mucho era quizás lo
más temido para un bebé,
o para el niño pequeño.
Hay varias formas de
meningitis, y varias
vacunas que los
protegen, y todas son
necesarias, y todas son
gratis. La meningitis no
ha desaparecido pero
está en gran medida
controlada gracias a la
vacunación masiva y
sistemática. Del
tétanos, en cambio,
nadie se olvida, tal vez
porque ya se sabe que
conviene volver a
vacunarse cada tanto.
Pero del tétanos
neonatal ya nadie se
acuerda, y este olvido
significa que seguimos
teniendo estructuras
sanitarias competentes.
De la difteria ya nadie
tampoco se acuerda, pero
aún existe. Y pronto nos
habremos olvidado de la
varicela y de la
hepatitis. No
hemos olvidado todavía
al sarampión, porque
todavía circula, con
fiebres tan altas y tan
graves complicaciones,
tan contagioso, contra
el cual se aplica una
vacuna segura y
efectiva. Y no nos
olvidemos de la rubéola,
capaz de provocar grave
daño fetal. Para olvidar
las enfermedades tenemos
que recordar las
vacunas. Gracias
a las vacunas, quizá
consigamos olvidarnos,
en un futuro próximo,
del cáncer de cuello
uterino y de otros tipos
de cáncer provocados por
el virus papiloma, que
pasa de unos a otros
mediante los diversos
modos de la actividad
sexual. Otras
enfermedades esperan
vacuna, como el sida. El
calendario argentino de
vacunas infantiles es un
motivo de orgullo porque
es muy completo y es
gratis. Esto demuestra
que la inversión en
vacunas es una buena
inversión, puesto que
todos salimos ganando,
unos por unos motivos y
otros por otros. Similar
puede decirse de la
inversión en educación y
en formación
profesional. Es decir,
apostar por la infancia
y la juventud, siempre,
pero en especial en
tiempos de crisis, es
una buena inversión. Porque
previenen la enfermedad,
las vacunas son una
buena inversión. Esto es
así porque se previene
el alto costo de la
enfermedad y de sus
complicaciones y
secuelas. Vacunar, en
efecto, es mejor que
tener luego que atender,
diagnosticar, medicar,
volver a atender, volver
a diagnosticar y a
medicar, etc. Esta
mirada requiere la
capacidad de saber mirar
tanto el hoy y aquí,
como el mañana y el
pasado mañana. Y esta
debe ser la mirada que
tienen que tener quienes
son responsables de
diseñar y presupuestar
las políticas
sanitarias. Similar
puede decirse de la
inversión en políticas
educativas y de
formación profesional.- Complementario:
«Cobertura
de vacinas para
crianças de até 2 anos
volta a subir a partir
de 2022 / Especialistas
atribuem
retomada a ações dos
municípios e de outras
esferas de governo»
Revista Pesquisa, sept.
2024. Polio
y sarampión en Gaza e
Israel La situación en Gaza es hoy terrible. Más allá de las razones del conflicto y más allá de la vergüenza de los países y las personas que lo apoyan, sea de palabra, sea con material bélico, más allá de esto están los chicos. Como si no tuvieran bastante con ser los más damnificados, no hace mucho se registró un caso de polio, ya confirmado. Y descubrieron que el virus que la produce estaba circulando en las aguas residuales. [«An urgent case for measles vaccination in Gaza» The Lancet / Sept. 20, 2024] El
virus de la polio no
conoce fronteras y un
caso confirmado, sólo
uno que se sepa,
encendió todas las
alertas puesto que la
enfermedad puede
expandirse rápido al
resto de Gaza y, claro,
también a Israel.
Entonces había que
vacunar, y comenzaron a
vacunar. De a ratos
interrumpían la guerra
para vacunar a los
chicos. De la vacuna
anti-polio, usan la que
es en gotas, la Sabín
oral. El
plan de vacunas
comprende dos dosis para
todos los chicos de Gaza
menores de 10 años. Y
gracias al esfuerzo
heroico de muchas
personas, pese a la
destrucción y al
desánimo de la guerra,
el plan avanza con
buenos resultados, y la
primera dosis ya está.
La segunda dosis se
administra en estos
días. Un
grupo de expertos
propuso que con la
segunda dosis de la
vacuna anti-polio se
administre también una
dosis de la vacuna
contra el sarampión,
porque no es más que una
cuestión de tiempo que
esta enfermedad
reaparezca, y se expanda
rápido, y fácil traspase
fronteras. El sarampión
es una de las
enfermedades más
contagiosas que se
conocen, y causa la
muerte del 15% de
quienes lo padecen. La
situación de Gaza y de
su gente es en especial
favorable para este
contagio. Pero
la vacuna contra el
sarampión no es en gotas
sino inyectable, y por
tanto requiere que quien
la administre sea un
personal más formado.
Entonces, en vez salir a
vacunar, tal como se
hizo con la vacuna de la
polio, ahora, contra el
sarampión está previsto
que se improvisen
centros de vacunación,
donde menos personas,
pero más preparadas,
vacunarían a todos los
bebés de entre 6 y 24
meses de edad.
Recordemos que hasta los
6 meses, el bebé tiene
las defensas
anti-sarampión que
recibe durante la
gestación. Antes
de la invasión de
Israel, Gaza tenía
buenos índices de
vacunación. Pero la
guerra, es decir,
intereses inconfesables,
destruyen ahora el
presente, y luego el
futuro. Y mientras
personas con nombre y
apellido ordenan la
destrucción sistemática,
otras personas, aquí,
los apoyan.- // Publica
El
Litoral,
domingo 06/10/24 [jpg
y
html], pero la
segunda parte ("Polio y
sarampión en Gaza e Israel")
fue accidentalmente
omitida. Un
peligroso precedente Todas
las vacunas del
calendario oficial de
vacunas infantiles son
gratis, y hasta donde
puedo saber seguirán
siendo gratis. No
conozco ningún
precedente que me haga
pensar que una vacuna
gratis puede pasar a ser
de pago. En cambio, sí
hay precedentes para
comprobar que una vacuna
de pago luego pasa a ser
gratuita; en algún caso
esto implicó una
disminución en el número
de dosis, un hecho que
puede resultar
sospechoso pero que se
puede justificar con
argumentos científicos y
logísticos. Una vez más,
hay que decir que somos
igual de inteligentes, y
por tanto queremos tener
el mismo nivel de
información. Pero
la sombra de la duda
aparece este año en el
luminoso universo de las
vacunas gratis. La
gratuidad de las vacunas
implica que la autoridad
nacional asume el
proceso de comprar las
vacunas, asume el costo
y asume la logística. En
el caso de la vacuna
contra el dengue, las
cosas parecen ser
diferentes, y
sospechosas. El ministro
de Salud se manifestó de
entrada contrario a las
vacunas, pero hablaba
sin saber lo que decía
porque los expertos lo
contradijeron de
inmediato. Se hizo
evidente, por tanto, su
intención de no asumir
la vacuna contra el
dengue pese a los miles
de casos, y de las
muertes por dengue. Ante
este panorama, la
Provincia de Santa Fe
asume la compra de
vacunas contra el
dengue. Nación, por su
parte, también compra
estas vacunas, y lo hace
por su lado, y compra un
número de dosis
irrisorio, como para
salir en la foto.
Provincia y Nación
compraron un número
similar de dosis de la
misma vacuna, y las
compran al mismo
fabricante, un hecho
preocupante, y
sospechoso porque ya se
sabe que cuanto mayor es
el número de dosis a
comprar, más
posibilidades habrá de
mejorar el precio. Otra
vez quedó a la vista la
voluntad de la Nación de
no asumir el tema de
esta vacuna, y de
desligarse del problema
pasándoselo a la
Provincia, y de
despreocuparse por tanto
de la salud provincial. No
sé cuanto le costaron
estas vacunas a la
Nación, pero sí se sabe
cuánto le costaron a la
Provincia. Sería
interesante ver contrato
y factura. Hay que
insistir en que somos
igual de inteligentes y
que por tanto queremos
el mismo nivel de
información. Si no es
así, la sombra de la
duda será cada vez más
grande, y se habrá
sentado así un
precedente peligroso.-
Todos los textos
de JB, aquí Los Bello.Cat
desde enero de 2015,
aquí La versión beta
del Bello.Cat, aquí Aquí, Paulo Bello / Alicia Bello, aquí
|
Diseño: Jorge Franganillo |